Técnicas para enamorar a una mujer es un post que te explica unas muy buenas técnicas para enamorar a una mujer.
Una
serie de técnicas y recursos que conseguirán que cualquier mujer
empiece a estar bajo tus pies. Por qué la única diferencia entre
enamorar a una mujer o no, es si tienes los conocimientos para hacer que
se enamore de ti o no, y esto es lo que te enseñamos.
Hay una chica que te gusta, quizás tu pareja ha dejado de quererte o por lo que sea quieres saber técnicas para enamorar a una mujer.
Antes que nada déjame decirte que aunque las técnicas que aquí
enseñamos son tremendamente potentes por si solas son vacías. De nada
sirve aplicar las mejores técnicas para enamorar a una mujer si luego
eres una mierda de persona que no concibe la vida más allá de estar
encerrado en casa todo el día, sumergido en un profundo egoísmo de: “En
el mundo estoy yo, luego yo, luego yo y así infinitas veces”.
Las
técnicas para enamorar a una mujer son potentes pero deben ir
acompañadas de una mejora constante como persona porque si no entrarás
en una especie de bucle de seguir unas cuantas técnicas y perder constantemente a la mujer de tus sueños.
El principio de la dificultad
Este principio aunque es una buena técnica para enamorar a una mujer
también es un principio humano. Cuanto más difícil, pero no imposible
se lo pongas a una mujer y en las medidas correctas más la atraerás. Me
explico, si una mujer tiene el mismo interés en ti que por algo que
odia, por mucho que vayas y le digas: “tú me amas” ella te dirá: “pues
vale” y seguirá con su vida.
Pero este principio bien aplicado,
junto con otras técnicas para enamorar a una mujer hace auténticos
milagros y es lo que marca la diferencia. Eso significa que tienes que
tener en mente que ante una mujer no debes ceder jamás el poder de forma
indefinida. Eso significa que nunca debes:
1. Suplicarle una cita.
2. Suplicarle un beso.
3. Suplicarle en general.
Suplicar
a una mujer es hacerle perder todo el interés. Es un principio muy
básico que se usa mucho en marketing. Si vas por la calle y algo dan
gratis, te interesarás porque es gratis, pero cuando lo den al cabo de 2
minutos lo habrás perdido porque no tiene valor alguno. Pero cuando
algo te cuesta de conseguir, por muy insignificante que sea, al haber
sido difícil o económicamente difícil lo guardarás como un tesoro.
Pongamos
el ejemplo de un videojuego muy solicitado, imagina que de repente, en
plena calle para una furgoneta y da gratuitamente 100 juegos a 100
personas que ni les va ni les viene, que no tienen ningún interés. Las
personas lo cogerían porque: “es gratis” y la gente, aunque le den una
bomba que estalla en 5 segundos, si es gratis, la cogerá. Pero eso no
significa que vaya a valorarlo, significa que lo cogerá, por el mismo
principio que cada año una persona se cambia 3 o 4 veces de móvil: por
tener algo nuevo, aunque lo tiren en 2 días y como es gratis no lo
valorará en absoluto.
En esa ocasión el juego jamás será jugado,
vendido por 4 duros rápidamente u olvidado para siempre. En cambio a
escasos 100 metros podríamos encontrar hasta gente acampada para
conseguir ese juego a un precio desorbitado. (Como pasa por ejemplo
cuando sacan Diablo 3, nuevos iphone o ipads). Y esas personas valorarán
eso que compran como si fuera lo más valioso del mundo. Porque es algo
valorado y difícil de conseguir.
¿Pero
qué pasaría si a una de estas personas, el día antes de salir a la
venta aquello que tan ansia, alguien fuera a su casa y se lo diera de
repente? Si, estaría ilusionada, pero sería un chock y te puedo
garantizar que no lo valoraría igual. Le quitaría toda la gracia de la
cola en la tienda, la espera… Le gustaría, pero no sería lo mismo si esa
persona no se lo espera.
Este principio adaptado y aplicado en
las técnicas para enamorar a una mujer es similar. Cuanto más sienta una
mujer que estás a su merced, menos querrá tenerte a tu lado. Cuando
menos seguro lo tenga o más insegura lo sienta, más atracción puede
surgir.
Mandar señales contradictorias para aumentar el principio de la dificultad
El
principio de la dificultad si se hace mal puede ser hasta
contraproducente. Para asegurarnos su éxito debes combinarlo con la
técnica para enamorar a una mujer: mandar señales contradictorias.
He
visto a hombres aplicar una regla parecida al principio de la
dificultad llamada: “Yo soy el premio”. Que es la primicia de creer que
tú eres el que desean todas las mujeres.
Esta regla por si sola es completamente absurda y lleva a que si tu
éxito ligando era cero, ahora a parte cada mujer que intentas ligar crea
que eres un capullo.
He tenido cientos de coach dónde hombres han
aplicado la regla de yo soy el premio y he visto situaciones absurdas.
Por ejemplo, un chico de Madrid la había “cagado” por decirlo de alguna
forma con una chica, y en vez de ser humilde o buscar una solución
estaba enrocado en yo soy el premio y ante las discusiones con la chica
no paraba de decirle una y otra vez: “sabes qué me quieres”, “sabes qué
me adoras”.
¿Te puedes imaginar como terminó esa relación? No es
que no consiguiera a esa mujer es que a parte, medio centenar de mujeres
se alejan de este chico de lo mal que hablan de él por ser un capullo
engreído. Ser difícil es ser difícil, no un engreído.
Todas las técnicas de seducción
se tienen que aplicar con respeto y con cabeza. Si tú eres el que está
entrando a una mujer en un bar no puedes ir de que eres el premio y
mucho menos con esa chulería cuando eres TÚ el que va a conocerla. Ella
es la que está tranquila con sus amigas y tú vas a darle el coñazo, por
lo tanto no vayas de que “está loca por tus huesos” o que “tú eres
Dios”.
Cuando aplicamos el principio de ser difícil, no solo cambia toda la estrategia sino que te enseño a manejarlo con otras muchas técnicas para enamorar a una mujer
para tener éxito. Hacerte el difícil es no darlo todo, es: Sí, tú estás
hablando con la chica, pero no le dejas del todo claro que quieres algo
con ella o como mínimo la confundes. Lo manejas mandando señales
contradictorias.
Un ejemplo muy común de un proceso de seducción
que termina mal y puedes darle perfectamente la vuelta es cuando tras
una cita una mujer te rechaza un beso. Tú te lo tomas mal, como el fin
del mundo. Pues nada más lejos de la realidad, puedes tener otra cita,
completamente normal, sin estar ofendido e ir avanzando pero mandando
alguna señal contradictoria: “No te creas que hoy tienes posibilidades
conmigo”, puedes soltar así sonriendo. Ella pensará: “Pero qué dice, si
el que me intentó besar fue él”.
Pero tú ya has introducido en la
mente esa idea. Ella pensará: “¿Quizás lo dice porque no está del todo
interesado en mí?” Al cabo de unos minutos puede preguntarse: “¿Qué
pasará?”. Del otro modo, cuanto más supliques y supliques, cuanto más te
arrastres más se blindará ella, menos interés tendrá por ti y más se
aproximará a etiquetarte como su osito de peluche que le ayudará con los
problemas de otros chicos que conozca.
Tú serás la misma persona,
exactamente la misma persona pero lo único que cambiará de si enamoras o
no a una mujer es como juegas tus cartas. ¿Conoces las mejores técnicas
para enamorar a una mujer? Entonces ella es tuya. ¿No las conoces?
Entonces confórmate con ser otro amigo más. Si no conoces las reglas del
juego desgraciadamente es lo que toca. Esto es genética, psicología
humana.
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